Tarjetas virtuales: ¿merecen la pena?

En la actualidad, gracias a la banca innovadora, podemos utilizar tarjetas en lugar de efectivo. Esta es una solución excelente que muchas personas utilizan. Especialmente convenientes son las tarjetas virtuales, que son una buena alternativa a las tarjetas de plástico comunes. Vale la pena saber qué son y si vale la pena aprovecharlas.

¿Qué son las tarjetas virtuales?

Las tarjetas de plástico son muy convenientes, sin embargo, en la práctica, no siempre resultan ser las mejores. Siempre existe el riesgo de perderlas o simplemente olvidar llevarlas consigo. Siguiendo la tendencia actual, deberíamos aprovechar las posibilidades que ofrecen las tarjetas virtuales. Son tan buenas como, si no mejores que, las tarjetas estándar.

En primer lugar, una tarjeta virtual no tiene forma física, lo que significa que no la tenemos en nuestras manos ni podemos colocarla en nuestra cartera. Este producto es un registro electrónico. Podemos cargar esta tarjeta con la cantidad deseada que necesitamos para realizar un pago específico. Al igual que una tarjeta normal, la virtual tiene una fecha de vencimiento, un código CVC2/CVV2 y un número único.

Tarjetas virtuales se dividen en tipos según su propósito

Podemos optar por una tarjeta virtual de débito, que está vinculada a nuestra cuenta. También hay versiones de crédito, que funcionan como un tipo de préstamo.

Una solución interesante son las tarjetas virtuales de un solo uso. Podemos crearlas para un solo pago específico o utilizarlas varias veces hasta que expire su fecha de vencimiento.

Otra opción son las tarjetas virtuales prepagas, que deben cargarse con una cantidad designada o están vinculadas a una cuenta principal específica.

También existen tarjetas virtuales que operan solo en moneda polaca o aquellas que son multimoneda.

¿Vale la pena usar tarjetas virtuales?

La mayor ventaja de las tarjetas virtuales es su conveniencia. No tenemos que preocuparnos por la versión de plástico que siempre podemos perder o que alguien nos pueda robar. Físicamente no la tenemos, por lo que las posibilidades de perderla o que nos la roben son muy escasas. Aquí es donde surge la segunda ventaja. Las tarjetas virtuales son muy seguras. La única excepción es un ataque cibernético a nuestra tarjeta, que lamentablemente no podemos evitar. Gracias a estas tarjetas, podemos hacer compras seguras en cualquier tienda en línea, usar plataformas de juegos o pagar suscripciones en plataformas de transmisión.

La tarjeta virtual es una excelente solución si queremos controlar nuestros gastos en línea. Sabemos que a veces podemos perder el control, y estas tarjetas solo ayudan. Cada cierto tiempo podemos depositar una cantidad en ella, y cuando se agote el límite, debemos recargar la tarjeta. Esto nos servirá como una notificación de cuánto hemos gastado. Además, cuando pagamos con una sola tarjeta, tenemos control total sobre nuestro presupuesto. Cada transacción se registra en el historial, al que podemos acceder a través de la banca en línea.

Las tarjetas virtuales tienen muchas ventajas, sin embargo, si decidimos utilizarlas, depende únicamente de nosotros mismos. De entre todos los medios disponibles, este es definitivamente el mejor, por lo que vale la pena aprovecharlo, al menos probando con una tarjeta virtual de un solo uso.

 

Fernando García

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